A cuatro años del horrendo suceso que se registró en Asunción, hablamos con la psicóloga Paola Zapata sobre las similitudes que se dan entre estos dos personajes del mundo del crimen.
Quienes poseen Netflix en sus casas se habrán percatado del reciente estreno de la serie Dahmer, inspirada en la vida del asesino serial Jeffrey Dahmer quien aterrorizó a la comunidad gay a finales de los 80 y principios de los 90 en Milwaukee, Estados Unidos, su forma de matar y el morbo que generaba en torno a su “ritual” para conservar los cuerpos lo convirtieron en un producto rentable para Hollywood, además de la popularidad que alcanzó estando en prisión donde además, consiguió un club de fans y recibía cartas y hasta dinero de parte de sus seguidores.
Este mismo fenómeno se dio en nuestro país con Bruno Marabel, el criminal que fue condenado a 40 años de prisión por el quíntuple asesinato que se concretó en la casa hoy conocida como “la casa del horror”. Hoy 8 de octubre se cumple exactamente 4 años de ese horrendo suceso y es por eso que la prensa conversó con Marabel, quien desde su lugar de reclusión contó que está viviendo gracias a sus fans, según él, las mujeres le envían ropas, dinero y hasta piden un encuentro con él.
Es por eso que conversamos con la psicóloga Paola Zapata, quien nos contó que este trastorno en las personas que se sienten fascinadas por los criminales se llama “hibristofilia”.
“Dentro de los paramentos normales el ser humano está en busca de afecto y seguridad y protección es lo que usualmente el género femenino desea un hombre que le pueda brindar afecto cariño y sentirse segura y protegida tanto para ella como a sus hijos, y eso por eso que socialmente no puede ser aceptado que una mujer pueda sentir atracción por hombres peligroso donde su vida podría correr peligro”, explicó la licenciada.
Resaltó que las mujeres que sienten este tipo de atracción pudieron haber pasado por un aprendizaje tóxico.
“Aquellas mujeres que siente este amor y atracción física como sexual por el perfil de estos hombres son mujeres que podrían a ver pasado por un aprendizaje toxico, o un grupo social donde la violencia, la muerte, las drogas son el día a día, aquellos que padecieron o tuvieron una infancia o adolescencia llena de violencia y abusos. Para algunas personas que forman parte de ese círculo se acostumbran a ver la peligrosidad y el abuso como algo normal que para muchos sería inconcebible, otro factor también que podría sumar a estos gustos podría ser la ausencia de una figura con autoridad, y respeto durante la infancia y juventud”, resaltó.
Agregó que son “mujeres con un tinte maternal, convencidas que pueden cambiar a ese ser humano con amor, sienten compasión y tienden a querer proteger al niño que alguna vez fueron. Por otro lado, podría también querer ganar fama por intermedio de aquel hombre que se encuentra preso de su libertad”.
La hibristofilia está dentro de las parafilias sexuales y existen dos tipos; la pasiva y la agresiva.
“Según las características que estas mujeres presentan, dicho comportamiento se encontraría dentro de Parafilias Sexuales tal como Hibristofilia un Fenómeno Psicológico. La hibristofilia, es una parafilia que hace que un individuo sienta atracción por las personas peligrosas o propensas a dañar a los demás”, agregó.
Te dejamos las diferencias entre ambos tipos de hibristofilia:
- La pasiva: siente atracción sexual, enamoramiento, admiración
- La agresiva: cuando la excitación se encuentra en ser partícipe de los delitos de la persona, en acompañarlos a realizarlos.
Por último, le consultamos a la licenciada si es posible que estas mujeres curen este trastorno.
“En realidad, hibristofilia no se encuentra dentro del manual DSM 5, donde podríamos catalogarlo como trastorno y por lo tanto no se encuentra un tratamiento específico. Ya que estas mujeres no son conscientes que tienen un problema al tener este tipo de atracción, al contrario, sienten placer y es complicado que dejen de hacerlo, si se podría tratar los traumas de la infancia que podrían ser unas de las causas de estas atracciones peligrosas y evitar más daños psicológicos, físicos y en las instancias más graves el peligro que podría encontrarse su vida”, concluyó.
