Cuando la realidad supera a la ficción y los cuentos de hadas bajan a la realidad.

Dahiana Bresanovich- Foto Instagram

Por Janinne Pérez González

Hace un poco más de una década la farándula nacional vivía a pleno a través de los medios de comunicación el romance de Dahiana Bresanovich y Junior Rodríguez, esta relación que los llevó hasta el altar para unirse en matrimonio en el marco de una ceremonia que fue seguida por cientos de paraguayos.

Aquella ceremonia se había celebrado en la ciudad de Aregua con mucha pompa y guirnalda dando indicios de que sería el inicio de una hermosa historia (Ver video acá). Por supuesto, gracias a la prensa hemos seguido el desarrollo de la relación, los flashes ilustraban que estábamos ante una pareja llena de amor que colocaba los cimientos de una familia bien constituida, fuimos testigos del nacimiento de su hijo, también los vimos trabajar juntos en el rubro del entretenimiento. Incluso, Dahiana dio sus pasos en el rubro musical bajo la representación de la firma de su entonces esposo, Junior Rodríguez.

La boda de Junior y Dahiana

Sin embargo, con el correr de los años, los rumores tras bambalinas en torno al quiebre en la pareja sonaban cada vez más fuerte. Escuchamos a ambos desmentir una y otra vez que estaban pasando por un túnel oscuro en su relación donde la sombra de una tercera persona se hacía notar cada vez más. Hasta que llegó el divorcio, una separación que incluso los llevó a romper sus vínculos laborales y se clareó la imagen de Fátima Román en la historia de esta pareja.

Cuando Junior y Fátima dieron sus primeras apariciones en público como pareja, vimos y apreciamos a Dahiana quebrarse en televisión relatando las sombras de su fallido matrimonio, mostrándose como una mujer desdichada que saboreaba el amargo sabor de la frustración de haber sembrado sus esperanzas y sus sentimientos en un terreno seco que solo se bebió sus lágrimas.

No reparo en los pormenores que llevaron a su fin a esta relación, pues cuando se conforma una pareja el negocio debe ser mutuo y muchas veces eso no se da, tampoco entraré a juzgar quien fue el responsable de esto porque de eso ya tuvimos bastante, solo me refiero a la imagen que Bresanovich proyectó ante los ojos de quienes fuimos testigos de toda esta novela que incluso, calcó guiones dignos de Televisa haciendo que la realidad supere a la ficción.

Dahiana fue en ese entonces la imagen pública de muchas mujeres que viven situaciones similares, lidiando con sus fracasos amorosos y aun así no se les tiene permitido desistir. Así también, ella se convirtió en la imagen de esperanza de que hay que volver a creer en el amor a pesar de las adversidades.

Dahiana y Blas Riveros- Foto Instagram

Pues así lo hizo, sanó sus heridas, dejó que el tiempo pase, que el agua fluya y volvió a abrir su corazón. Conoció al futbolista Blas Riveros quien le regaló un verdadero cuento de hadas, viviendo un romance de idas y vueltas entre Dinamarca y Paraguay, muestras de afecto en paradisiacos lugares y la sonrisa se le volvió a dibujar a Dahiana.

La pareja enfrentó varias polémicas y mucha gente susurró que no pasarían de una historia de verano, sin embargo, ellos pelearon por su relación y se aferraron uno al otro hasta que finalmente, consagraron su amor en matrimonio.

Blas y Dahiana se casaron anoche, usamos la fotito de Nación Media

Ayer se casaron ante sus amigos y familiares en el marco de una celebración sencilla, delicada y refinada en comparación a lo que vimos en el 2012. La pareja se mostró muy enamorada y dieron indicios de que aun tendremos muchas páginas por delante en este libro que empezaron a escribir juntos.

Me pone contenta ver este tipo de historias donde vemos heridas sanadas para volver a ser feliz, Dahiana es hoy el ejemplo de que sí existen las segundas oportunidades, de que después de la tormenta siempre sale el sol y nos revela el secreto de que siempre hay que creer y nunca dejar de soñar con un amor bonito que nos llene de alegrías.

De todo corazón les deseo una hermosa relación, un feliz matrimonio y que el amor se fortalezca día a día a pesar de los reveses que se puedan presentar en el camino.

¡Sean felices, que el resto, solo es bulevú con soda!