El sábado 18 de octubre de 2025 quedará grabado en la memoria de miles de fanáticos del rock latinoamericano: La Renga volvió a Paraguay después de 18 años, y lo hizo con una fuerza arrolladora que sacudió el Puerto de Asunción. Más de 4.000 personas se congregaron para presenciar el ritual eléctrico de una banda que, con casi cuatro décadas de trayectoria, sigue siendo sinónimo de potencia, autogestión y fidelidad a sus raíces.
Un reencuentro esperado
La última vez que La Renga pisó suelo paraguayo fue en 2007. Desde entonces, su ausencia se convirtió en una herida abierta para los seguidores locales, que este año finalmente pudieron sanar. La gira latinoamericana 2025 incluyó a Paraguay como una de sus paradas clave, y el Puerto de Asunción se transformó en un templo del hard rock, con fanáticos que llegaron desde distintos puntos del país, Argentina y Brasil.
El repertorio: viaje por la discografía
Con imágenes de su documental “La Renga: totalmente poseídos”, la agrupación argentina abrió su show con una de las canciones que forman parte de esta película: “Buena ruta hermano”, Durante más de dos horas, Gustavo “Chizzo” Nápoli (voz y guitarra), Gabriel “Tete” Iglesias (bajo), Jorge “Tanque” Iglesias (batería) y Manuel “Manu” Varela (saxo, armónica y teclados) ofrecieron un recorrido visceral por su discografía el setlist va desde:
Cada canción fue coreada con devoción, en un ambiente cargado de energía, humo de bengalas y saltos que hicieron vibrar el suelo del puerto.
Banda telonera: el rugido local
Antes del plato fuerte, el escenario fue tomado por la banda Dentro Del Sol, banda paraguaya que abrió la noche con un set sólido de rock alternativo y tintes stoner. Con letras introspectivas y una ejecución precisa, Dentro del Sol logró captar la atención del público desde el primer acorde. Su inclusión como teloneros fue celebrada por la escena local, que vio en este evento una oportunidad de visibilización y conexión con audiencias más amplias.
Sonido, escenografía y comunión
La producción del evento estuvo a la altura de las expectativas: sonido potente, luces sincronizadas con los clímax musicales, y una puesta en escena sobria pero efectiva. La Renga no necesita artificios: su presencia, sus letras y su entrega bastan para generar una comunión única con el público. El Puerto de Asunción, con el río Paraguay de fondo, ofreció un marco simbólico para este reencuentro: agua, fuego y música como elementos rituales.
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Más que un concierto: una declaración que el rock no Murió
El regreso de La Renga a Paraguay no fue solo un show. Fue una declaración de principios significativos Que El Rock No Murió. En tiempos de algoritmos y fórmulas prefabricadas, la banda reafirmó su compromiso con la autogestión, la lírica combativa y el rock como herramienta de expresión popular. Para los asistentes, fue una noche de catarsis, memoria y resistencia.